Samantha Johnson está monísima con su sudadera y sus leggings. Como si la hubieran sacado de la calle y la hubieran llevado a una sucia mazmorra a esperar su destino. Cuando aparece su Dom, le pone las tetas a prueba, haciendo que Samantha desee su polla, pero hoy no la va a tener. Sólo la quiere húmeda de deseo.