Esta asiática callejera jodió por completo su aspecto al permitir que una peluquería la convenciera de que debía teñirse el pelo. Lo más atractivo de ella solían ser sus suaves mechones asiáticos, ahora, en un esfuerzo por ahorrar el dinero suficiente para que le corrijan el color, ¡está chupando pollas seis veces al día!