Jill sólo contrata a las chicas más guapas para trabajar en sus películas. Entiende que puede ahorrarse algo de dinero en la iluminación o en la redacción del guión, pero cuando llega el momento de mostrar la mercancía, sea cual sea la chica que aparezca en una escena, más vale que tenga mucho que ofrecer, que no se quedará mucho tiempo.