Como a mucha gente, a Wendy Divine le diagnosticaron erróneamente en su juventud un trastorno por déficit de atención. No es que fuera incapaz de seguir instrucciones, es que su mente siempre estaba preocupada por la polla. En cuanto las instrucciones se referían a la polla, ¡su capacidad de atención mejoraba milagrosamente!