Kelly Kline es como una de esas fiesteras cansadas que nunca consiguen salir al telesilla. En lugar de eso, se refugia en el albergue y encuentra a un par de tíos en el bar dispuestos a dejarla tan dolorida como ella después de un día en las pistas. Mira cómo sus bonitos muslos se flexionan y se tensan mientras va a por el oro.