Imagina un lugar donde las mujeres sean obedientes, silenciosas y hambrientas de polla. Un lugar mágico donde las mujeres no regañen, se quejen o te arruinen el día con su cháchara sin sentido. ¿Dónde está ese lugar? Bienvenidos al futuro, caballeros. Nunca volveréis a ser los mismos después de ver Una puta sin nombre.