A Anna De Ville le gusta jugar a la masajista con su amante. Hoy le tiene los ojos vendados para que pueda concentrarse en la sensación de sus manos acariciando cada centímetro de su musculoso cuerpo. Pronto él está duro como una piedra y Anna guía su polla lubricada hasta su húmedo coño mientras follan duro y profundo.